martes, 12 de junio de 2012

Charla: La agonía de los pies


Muchos de ustedes realizan trabajos que les exige estar de pie muchas horas al día. Esto no se puede evitar en muchos trabajos; pero lo que sí se puede evitar es el vivir constantemente con incomodidad o dolor en los pies. Cualquiera de estas dos condiciones puede ser una indicación de que existe un verdadero problema médico que es necesario solucionar. Si tal fuera el caso, ustedes podrían tener lo que se conoce como síndrome de túnel tarsal (STT). Este nombre, que suena tan dramático, es una condición que la sufren muchas personas durante años, sin saber que hay una solución para la misma.
El STT es similar en algunas formas el síndrome del túnel carpal (STC). Mucho más común que el STTT, el STC es un desorden de los nervios relacionado con las manos y la muñeca que afecta a las personas que tienen trabajos repetitivos en que deben realizar los mismos movimientos durante muchas horas seguidas. El STC es común en muchas ocupaciones, como trabajos de manufactura y de oficina y manejo de materiales.
El STT es básicamente un caso de irritación de nervios alrededor de los pies o tobillos. “Por la razón que sea un nervio queda entrampado o se comprime debido a una presión proveniente de un tejido apretado y cubierto”, dice el Dr Patric O’Connor, un cirujano ortopédico especializado en lesiones del pie y del tobillo.
Dónde duele depende de qué nervios están implicados. Los síntomas de STT pueden incluir dolor o cosquilleo en los dedos, en la parte de afuera del pie o detrás del tobillo. También se puede sentir una sensación de adormecimiento en el medio del tobillo.
Como el STC, la causa principal del STT es un movimiento repetitivo, tal como usar un pedal para el pie. Una inflamación debido a un quiste, un tumor o un crecimiento puede también producir un STT. O puede también ser el resultado del tejido de una cicatriz que crece sobre una lesión olvidada hace mucho tiempo. También pudiera estar relacionada con un ‘trauma directo’. Este es el término médico que se utiliza para explicar lo que ocurre si una viga de acero, por ejemplo, cae sobre el pie o una pierna queda aplastada en un accidente. Los médicos están aprendiendo todavía más acerca de esta enfermedad.
 No es fácil señalar con precisión a las personas que tienen más posibilidades de desarrollar un STT. A pesar de la falta de investigación, es seguro afirmar que alguien debe de andar mucho o permanecer mucho tiempo en una escalera o conducir un camión todo el día, es un candidato más posible que alguien que está sentado durante la mayor parte de sus horas de trabajo. lo mismo podemos decir de la gente que pesa excesivamente o nunca hace ejercicios, puesto que estas personas ponen una presión extra en sus pies y tobillos.
Tales enfermedades como la artritis o la diabetes también pueden debilitar la resistencia del pie, que puede acelerar el desarrollo del STT. El calzado mal diseñado no es ninguna ayuda tampoco. Si sus trabajos requieren el llevar calzado de protección con puntas de acero, deben asegurarse de que también provee un apoyo resistente y firme para el pie y el tobillo.
En cuanto al tratamiento de casos de STT, la mayoría de los profesionales médicos prefieren la prevención a la cirugía.
Aunque, como les he dicho al principio, en muchos casos no es posible evitar las muchas horas que hay que permanecer realizando un mismo trabajo, en otras ocasiones si que se puede hacer esto; por lo tanto, si somos nosotros susceptibles a tener este problema o lo tenemos ya, debemos:
  • Mirar nuestras tareas desde un punto de vista ergonómico. Por ejemplo ¿Podemos a veces sentarnos un rato en lugar de estar de pie para realizar una tarea?
  • ¿Podemos rotar a veces nuestra tarea con otros compañeros de trabajo, para dar un descanso merecido a nuestros pies?
  • ¿Pudieran algunos medicamentos antiinflamatorios disminuir la inflamación que sentimos?
  • ¿Nos beneficiaría una terapia física?

Los pies, aunque los llevamos siempre cubiertos y no a la vista, como en el caso de las manos, merecen también nuestra consideración y cuidado. Una incomodidad prolongada en los pies puede resultar con el tiempo en un problema grave que pudiera requerir hospitalización o quizá hasta nos impida un día realizar nuestra tarea ordinaria o, incluso, andar para el resto de nuestra vida.

sábado, 9 de junio de 2012

Charla: Cuidado de las Herramientas Manuales


Al promover la prevención de accidentes recalcamos mucho los dispositivos de protección tales como resguardos, cascos, botas o zapatos protectores, gafas, respiradores, y cientos de otras cosas. La mayoría, sin embargo, nunca pensamos que uno de los dispositivos de protección más importantes que tenemos es la herramienta en buenas condiciones que necesitamos para realizar el trabajo. Las buenas herramientas son dispositivos de protección porque remplazan a nuestras manos, hacen el trabajo que las manos no pueden hacer e impiden que estas se lesionen. Pero al decirles que una herramienta es un dispositivo de protección, me refiero a aquella herramienta que es la adecuada para realizar el trabajo, no un sustituto o una herramienta de ‘improvisación’.
Una herramienta de ‘improvisación’ es aquella que no es la adecuada para el trabajo a realizar. Por ejemplo, cuando se usa el lado plano de un hacha para romper rocas porque no se tiene a mano un martillo para ese propósito, o cuando se utilizan alicates en lugar de una llave inglesa para aflojar o apretar los adaptadores de una tubería, se están utilizando herramientas de ‘improvisación’.
Yo no puedo mencionar todos los casos en que podemos utilizar mal una herramienta, ni creo que es necesario. Ustedes saben que el utilizar la herramienta incorrecta es peligroso por dos razones:
Primero, generalmente no se realiza bien el trabajo con ella y además se requiere demasiada energía para realizarlo. Una herramienta incorrecta puede hacer que nos resbalemos, que nuestras manos se introduzcan en zonas o puntos de pellizco o que suframos otras clases de lesiones.
Segundo, el otro peligro de utilizar una herramienta de ‘improvisación’ es el daño que se puede hacer a la herramienta en sí, lo que pudiera producirnos un accidente cuando la volviéramos a utilizar. Imagínese a alguien tratando de clavar un clavo grueso con el lado plano de un hacha que ha sido utilizada para romper rocas…
La condición de las herramientas manuales es su responsabilidad. La forma en que las utilizan depende estrictamente de ustedes. Yo les puedo hablar de vez en cuando sobre la seguridad de las herramientas manuales, pero lo que no podemos hacer es estar todo el día recomendándoles la forma correcta de utilizarlas. Si lo hiciera, ustedes se resentirían y con buena razón.
Así que, lo que voy a hacer es decirles lo que yo considero que son los puntos más importantes que debemos tener en cuenta al utilizar herramientas manuales. Y esos puntos los voy a condensar en tres:
En primer lugar, mantengan sus herramientas en buenas condiciones. El viejo dicho: “A un buen mecánico se le reconoce por las herramientas que utiliza”, significa que los buenos trabajadores se enorgullecen de sus herramientas, y saben que para realizar un buen trabajo las herramientas tienen que estar en condiciones perfectas. Si el mango de un hacha o martillo muestra el comienzo de una rajadura, remplácenlo, porque incluso si se forra con cinta, nunca será tan resistente y equilibrado como cuando era nuevo.
En segundo lugar, almacenen y transporten sus herramientas adecuadamente. Normalmente se dispone de un baúl o una caja de herramientas cerca del lugar de trabajo. Depende de ustedes, pues, almacenarlas adecuadamente. Mantengan las herramientas limpias y secas en un lugar seguro, de tal forma que no se dañen debido a material que cae, que no pueda pasar por encima de ellas ningún equipo y que no puedan ser causa de que ustedes se tropiecen. Cuando hayan terminado de utilizar una herramienta, vuelvan a almacenarla en la caja para herramientas o en otro lugar de almacenamiento.
Traten de no llevar herramientas en las manos cuando suban por las escaleras. Llévenlas en una bolsa, colgadas del hombro o del cinturón. De tal forma que sus manos estén libres para agarrarse a los lados de la escalera. Y nunca suban o bajen una herramienta eléctrica por su cable. Si deciden subirla o bajarla por medio de una cuerda, aten la cuerda alrededor de la herramienta eléctrica, no aten la cuerda al cable eléctrico.
Asegúrense de proteger los puntos cortantes y las caras o lados de las herramientas de corte. Si transportan herramientas cortantes, mantengan los bordes alejados de su cuerpo, y transporten las herramientas de tal forma que si cayeran, no les causaran lesiones.
Y, en tercer lugar, utilicen la herramienta para el trabajo que van a realizar. Recuerden que cada una de las herramientas manuales que ustedes utilizan fueron diseñadas para realizar un trabajo en particular y, si la utilizan y cuidan de ella correctamente, facilitarán su trabajo y lo harán más seguro. Estoy seguro que todos ustedes en alguna ocasión han utilizado una herramienta que tenía un borde gastado o roto y saben lo difícil que es hacer un trabajo bien con una herramienta así.
En realidad, la mayoría de las lesiones que se producen debido a la utilización de las herramientas incorrectas se pueden prevenir si se siguen las tres normas que les he mencionado.
Y para terminar, quiero recordarles algunas recomendaciones que deben tener en cuenta al utilizar herramientas manuales:
·         No recarguen una herramienta extendiendo su mango.
·         Cuando utilicen una llave, hagan fuerza hacia ustedes.
·         Eviten golpear dos herramientas que sean de acero templado.
Cuando tengan que cortar, apuntalar o golpear, asegúrense que tienen un equilibrio firme y que sus pies y piernas están lo más alejados posibles del lugar de trabajo.
Tengan siempre presente que los buenos trabajadores y las buenas herramientas van juntos.

jueves, 7 de junio de 2012

Charla: Razón de ser de las Normas de Seguridad


La verdad es que a nadie nos gusta tener que vivir observando normas. Todos nos imaginamos que somos lo suficientemente despiertos como para hacer lo que tenemos que hacer sin que alguien nos tenga que indicar por anticipado los pasos a seguir. En la mayoría de los casos esto es verdad. La gran mayoría de nosotros somos lo suficientemente despiertos como para hacer bien las cosas; la mayor parte del tiempo. Pero todos tenemos momentos durante los cuales hacemos las cosas mal y algunas veces tan ridículas que un poco más tarde nos avergonzamos de haberlas hecho.

Esto se aplica a todos. Algunas veces parece que la mente se va de vacaciones y es entonces cuando nos exponemos a tener problemas serios, a menos que hayan normas que nos indiquen lo que debemos hacer. Por ejemplo, alguien puede que le guste tomarse un trago o dos; pero sabe por experiencia que si toma más de dos, o tres cuando mucho, empieza a provocar a la policía o insultar a sus mejores amigos, y al día siguiente se levanta cansado y con un fuerte dolor de cabeza. Por lo tanto, la única protección que tiene para ello es una norma autopreparada, no tomar más de dos tragos. Todo lo que tiene que hacer es, al tomar dos tragos, acordarse de la norma y seguirla (si tiene la fuerza de voluntad para hacerlo) ya que el recuerdo de la norma está en su mente aun cuando esté desapareciendo su capacidad para juzgar correctamente.

En cierta forma, una norma es como un resguardo en una máquina. Todos sabemos que podemos operar cualquier máquina sin resguardo y evitar lesiones, cuando estamos atentos, no estamos cansados, no estamos preocupados y concentramos toda nuestra atención en lo que estamos haciendo. Este es el motivo por el cual siempre debemos asegurarnos de que el resguardo está en la máquina, ya que si tenemos que depender de la atención que prestamos a nuestro trabajo, en algún momento nos distraeremos y perderemos algunos dedos.

La norma cumple la misma función. Es un resguardo que nos protege contra nuestros errores, como cuando nuestra mente no está funcionando bien por algún problema que nos distrae o no tenemos control sobre todo el proceso de la operación.

He aquí lo que he querido decir con la frase o no tenemos control sobre todo el proceso de la operación. Supongamos que una grúa o montacarga está levantando una carga. Si el operador está bien despierto; si el equipo está en perfectas condiciones; si las cadenas o cables o sogas han pasado la inspección y la carga está bien asegurada. Podemos caminar bajo la carga con seguridad. Pero nunca sabemos si todas estas cosas están en estas condiciones. Personalmente no podemos inspeccionar cada soga o mirar en la mente del operador o saber cualquiera de las otras cosas que tenemos que conocer. Por lo tanto, si no estamos seguros, lo mejor será observar la norma que dice: “nunca habrá de pasarse bajo una carga que se está levantando”

Nunca se deben dar más normas de las que la experiencia ha demostrado que son necesarias. Cada norma es el resultado de experiencias con accidentes. Las normas no indican en detalle los pasos a seguir, pero indican los pasos que siempre deben observarse. Para que una norma sea efectiva habrá que conocerla, y esto no quiere decir que alguna vez sea leída o la escuchen y luego la olviden. La norma habrá de fijarse tan bien en la mente como para que no se la pueda olvidar cuando estemos ocupados o preocupados.

El motivo por el cual en todos los lugares de trabajo debería haber letreros y carteles es para recordar constantemente algo que no debemos olvidar. Esta es la razón por la cual los supervisores repetimos las normas una y otra vez. Las normas deberán estar tan arraigadas que no puedan ser borradas de la mente en un momento de distracción.

miércoles, 6 de junio de 2012

Charla: Qué hacer en caso de Fuego


(Sr. Supervisor: Es muy probable que su planta tenga un reglamento definido, un plan y un equipo especial para informar, combatir y evacuar en caso de fuegos. En esta charla nos limitamos a esquematizar algunas reglas generales únicamente. Úselas como una guía para presentar los procedimientos que deben seguir en su planta y dar una información básica en el uso de extintores y otro equipo para combatir el fuego).
¿Qué hacer en caso de fuego?
¿Gritar para que alguien haga algo?
¿Agarrar los extintores más cercanos o un balde?
¿Correr como alma que lleva al diablo, hacia la salida más cercana?
Bien, en caso de fuego usted debe dar la alarma, debe tratar de sofocar el fuego y debe tratar de salvar el pellejo. Pero usted no debe gritar, no debe correr, no debe agarrar cualquier extintor a la loca.
Hay una manera correcta y una manera equivocada de actuar en caso de incendio. En esta planta tenemos reglas definidas y mucho equipo moderno contra el fuego que puede ayudarnos a salvar nuestro trabajo y nuestras vidas, si lo usamos de manera correcta. De tal manera que les hablaré de la manera correcta.
en caso de fuego, lo primero es informarlo. No trataría usted de extinguir el fuego primero? ¡No! Si es algo que pueda salir de nuestro control y expandirse, notifique primero a los bomberos. Muchos fuegos no han podido ser controlados porque alguien trató de hacerlo sin tener suficiente equipo o ayuda. Mejor es llamar a los bomberos y no necesitarlos, que no llamarlos y necesitarlos.
Pero haga ambas cosas si es posible. De la alarma y trate de combatir el fuego. Use trabajo de equipo. Uno da la alarma, otro combate el fuego.
Para informar sobe un fuego rápidamente:
Use la caja de alarma que esté más cerca. Esto significa saber dónde está y saber operarla.
Use el teléfono más cercano si no hay alarma a la mano. Sepa de antemano a quien llama y cómo conseguirlo. De completa información: Quién es usted, donde está, dónde se encuentra el fuego, y como se le está combatiendo (Indicar los números a donde llamar y el método de la planta para informar los fuegos).
Espere a los bomberos. Esto es importante. Ya sea que usted use la alarma o el teléfono, haga que alguien salga a encontrar a los bomberos para dirigirlos al sitio exacto del fuego. De otra manera se perderán segundos preciosos.
Advierta a todos los que no están implicados en el fuego. Pero conserve su cabeza. No corra. No grite. A menudo el pánico causa más daños que el fuego.
Trate de extinguir el fuego. La mayoría de los fuegos empiezan en pequeño y pueden ser fácilmente extinguidos, si usted no pierde el tiempo y lo hace correctamente. He aquí lo que usted debe saber.
Conozca que tipo de fuego es. En materias sólidas, líquidas, inflamables o equipo eléctrico? No use agua en aceites o petróleos o equipo eléctrico vivo. Causaría su expansión y hay peligro de choque.
Sepa que tipo de extintores debe usar en las distintas clases de fuego. Conozca donde están los extintores. Conozca como operarlos.
Evacúe con seguridad. Conozca el significado de las sirenas y de los avisos.
Conozca su parte en las prácticas de incendio. Conozca la localización de la salida de emergencia más cercana. Siga las instrucciones de los bomberos o la brigada contra incendio y de los supervisores que dirijan la evacuación.
Conserve su cabeza fría. Camine, no corra. Espere su turno. No empuje, no atropelle. No forme tumultos. Fíjese donde pisa, especialmente en escaleras. Use los pasamanos.
Si abandona su trabajo, pare la máquina, cierre el gas, etc.
No trate de salvar sus herramientas o pertenencias personales. Las demoras pueden significar su vida o la de otros.