viernes, 10 de agosto de 2012

Charla: Los accidentes no son casuales


Cuando hay un accidente (ya sea la muerte de un hombre o que la señora rompe un plato) siempre alguien pregunta: “¿cómo sucedió?”
La respuesta será invariablemente la misma: no fue casual. Alguien o varias personas causaron el accidente.

Los accidentes no son casuales. Siempre son causados, y la causa es casi siempre que alguna persona o personas fallaron en su tarea en alguna parte. Supongamos que usted se cae en las escaleras de su propia casa y se rompe una pierna. Esto no es una casualidad. No había ningún diablito esperándola allí para hacerle una mala jugada. Algo lo hizo caer y ese algo fue el resultado de la acción de alguna persona o la falta de alguna persona en actuar cuando debía haberlo hecho.

Lo probable es que la caída se deba a su propia falta. Tal vez usted tenía prisa y bajó las escaleras más rápido de lo que debía. Tal vez se había tomado algunas cervezas. Tal vez trato de llevar un bulto voluminoso que le hizo perder el equilibrio. Tal vez su vista es defectuosa y no se preocupó por ponerse anteojos.

Pero tal vez alguien hizo algo para causar el accidente. Es posible que uno de los niños olvidara sus patines o la señora dejara un balde. Tal vez la alfombra estuviese rota o enrollada o estaba oscuro y usted no se molestó en encender la luz.

O probablemente usted hubiese empezado a subir cuando alguien bajaba a toda velocidad y el choque lo hubiera hecho perder el equilibrio. Puede ser también que las escaleras se hubiesen desplomado por estar mal construidas. Y tantas cosas.

Pero en realidad, si usted se cayó y se quebró una pierna, lo más probable es que esto sea una combinación de varias de estas cosas. Es posible que usted hubiera estado de prisa, no viera el patín olvidado por el niño y al agacharse a la baranda rota esta cedió y le hubiera permitido caerse.
Esto es igualmente cierto de los accidentes en el trabajo. Todo accidente es causado por alguien y muchos de los accidentes son causados por combinación de fallas humanas.

Voy a dar un ejemplo de lo que ocurre con un fuego, aunque pudiera aducir igualmente buenos ejemplos en la operación de maquinarias, manejo de materiales, uso de escaleras, o cualquier otra situación de trabajo. Suponiendo que dejamos caer un fósforo prendido al piso, si el piso está limpio de elementos combustibles, no pasará nada, pero si estuviera con elementos combustibles, la realidad sería otra.
De manera que si un fuego comienza, ¿qué lo ha causado? La persona que descuidadamente tiró el fósforo encendido o fueron las personas que dejaron el material combustible tirado por ahí en lugar de limpiarlo. La respuesta por supuesto es que ambas partes causaron el fuego. Fue una combinación de causas.
De esta manera ocurren la mayoría de los accidentes. Sabemos que se pueden violar las reglas de seguridad muchas veces sin que se causen accidentes. Pero cuando se viola una situación en la cual concurren las otras partes de la combinación, todo está listo, esperando convertir ese acto suyo en un desastre.
La cosa es simple. No todo acto peligroso produce un accidente. Pero ningún accidente se produce a menos que se halla cometido uno o varios actos peligrosos.

Algunas veces nos engañamos pensando: “bueno… todo está bien, de tal manera debo dejar la precaución a un lado sin que se produzca un accidente”.
Este modo de pensar es justamente lo que produce todas las fatalidades de que oímos            hablar. Por ejemplo, una persona cree que un revolver que no tiene balas y piensa que se pueda violar las reglas de seguridad. Puede apuntar el revólver a un amigo y apretar el gatillo, por naturalmente un revólver descargado no ha matado a nadie. Pero en algún momento que se equivoque con respecto a la carga, es entonces cuando hay que recordar la frase que dice “nunca apuntes con un revólver a cualquier cosa que no quieras matar”.

En su trabajo diario, usted sabe la forma correcta de desempeñar su oficio. Recuerden, pues, que si ustedes lo hacen siempre así, nunca serán las personas que causen un accidente.
Tomado de CUCHE CORP

lunes, 16 de julio de 2012

Charla: ¿Por qué tenemos un programa de Seguridad?


No ponemos carteles de seguridad para tener puntos pintorescos en la empresa o para divertirlos a ustedes. No instalamos guardar en las máquinas solo para satisfacer el capricho de algún ingeniero o técnico de seguridad. No hacemos estas reuniones de seguridad para darles la oportunidad de descansar en horas de trabajo o fastidiarlos un rato. Hacemos estas cosas porque son provechosas para todos. Con esto quiero decir lo siguiente:
En las primeras fábricas, las operaciones eran simples. Ordinariamente un molino de agua o una máquina andaban despacio. El uso de material altamente explosivo o inflamable y venenoso era limitado.

Aun así mucha gente se lesionaba o se mataba trabajando en esas fábricas. Si Juan Rodríguez se mataba en un accidente, nadie culpaba a nadie. Era la mala suerte de Juan, su viuda y sus chicos tenían que resolver su propio problema.

Pero hace unos cuantos años la gente empezó a darse cuenta de que los accidentes y los incendios podían prevenirse. Luego vinieron las leyes que colocaron la responsabilidad directamente sobre los patrones. Y aún aquellos propietarios que combatieron dichas leyes han tenido que reconocer que la seguridad es un buen negocio. Que los accidentes les estaban restando buenos trabajadores y que la producción era afectada y costaba dinero adiestrar nuevos obreros. Los accidentes estaban dañando también el equipo y el material y que esas pérdidas no pueden asegurarse.

Después de todo, los empleados son seres humanos y no quieren que la gente se lesione. De tal manera por todas las consideraciones han estimado que es necesario hacer seguridad.
El trabajo de seguridad consta hoy de tres partes principales: educación, ingeniería y entusiasmo.

Antes de que una empresa se convierta en un lugar seguro para trabaja, cada persona desde el gerente hacia abajo debe ser educado para creer que las lesiones y los incendios pueden ser prevenidos. Y cada cual debe ser adiestrado para hacer su trabajo en forma segura.

La ingeniería es la segunda parte. Todas las máquinas, operaciones y procesos se estudian desde el punto de vista de la ingeniería, para determinar la manera más segura de trabajar. La ingeniería por ejemplo incluye las guardas de los equipos, el diseño de los edificios, la forma de cómo deben hacerse las cosas, etc.

La tercera parte del programa de seguridad es la que impulsa al entusiasmo.
Hay cosas raras en las lesiones. Algunas veces el trabajador se lesiona en un oficio que ha estado desempeñando por años y luego la investigación demuestra que siempre ha realizado ese oficio en forma insegura.
Por esto es que tenemos que estar hablando de seguridad, por eso tenemos que estar haciendo advertencias. Cada uno de nosotros cree que un accidente no puede sucedernos a nosotros. Pero todos sabemos que si alguien comete un acto inseguro constantemente, habrá de ocurrir una lesión tarde o temprano.

Por eso una de las metas de nuestro programa de seguridad es construir el entusiasmo y convencernos a cada uno de nosotros de la necesidad de evitar accidentes y fuegos.
Trabajar con seguridad es una de las mejores maneras de asegurarse el hombre a sí mismo, y han notado ustedes que el hombre inseguro es el que tiene mayor posibilidad de una lesión.

Todos podemos desarrollar hábitos arriesgados. Si una persona comete un acto inseguro sin que le pase nada, otros harán lo mismo. La parte más laboriosa de la seguridad es hacer que todos deseemos cumplir las reglas de seguridad y habituarnos a trabajar con seguridad. Ahí es donde reside el entusiasmo.

Nuestro programa de seguridad está para recordarnos que debemos hacer todos un esfuerzo para prevenir las lesiones a nosotros mismos y a nuestros compañeros. Por eso tenemos un programa de seguridad.

sábado, 14 de julio de 2012

Charla: La Seguridad se paga

De vez en cuando alguien se pregunta: “¿paga realmente la seguridad?” todo el tiempo, el esfuerzo, el dinero que se gasta en programas de seguridad, el planeamiento, las campañas, los carteles, etc. Todo eso ¿Vale la pena?

Solamente hay una respuesta, “si”. Es difícil ver algunas de las maneras importantes de cómo la seguridad paga, uno puede levantar el dedo y decir: “mire, aquí fue donde la seguridad pago ayer, aquí es donde va a pagar la semana entrante, etc.

Con los accidentes es una historia diferente. Uno puede ver los accidentes y hasta algunas veces sus resultados (un chorro de sangre, un grito de dolor, etc.) que atraen la atención. Pero usted no puede ver los accidentes que se han prevenido. No puede ver los daños, el desastre o la muerte que se ha prevenido con las campañas de seguridad.

Como se ve, la seguridad paga es una realidad invisible, pero no por ello menos valiosa. La electricidad es también invisible, sin embargo, es una cosa muy valiosa.

Una de las formas en que podemos mostrar los resultados de los programas de seguridad es poniendo las ganancias en pesos y centavos. El dinero habla. Veamos que tiene que decirnos sobre la seguridad.
El propósito de una planta o de cualquier planta. Si una fábrica no puede mantener sus costos de producción suficientemente bajos, u obtener un gran volumen de producción, no hay ganancias. Y si no hay ganancias, no hay salarios y, en realidad no habrá fábrica. Su oficio, y el mío, dependen de que la fábrica pueda producir ganancias. Si no podemos producir en forma que pague, entonces adiós trabajo para todos, desde el barrendero hasta el gerente.

Donde está la seguridad en esto? En un montón de maneras importantes. Tomemos una por una:
Primero, la seguridad produce costos más bajos. La seguridad recorta el desperdicio innecesario de materiales, tiempo y fuerza de trabajo. La seguridad preserva nuestra máquina y el equipo que es una inversión costosa y costosa de remplazar. Así un buen record de seguridad nos trae costos de operación más bajos, suma mayor ganancia y abre las posibilidades de mejores salarios.

Segundo, la seguridad garantiza un producto mejor. No hay ganancia sin ventas y no hay ventas sin un producto de primera calidad. Los accidentes pueden resultar en productos defectuosos, bien por el daño inmediato en nuestros productos o rebajando la moral de los trabajadores.

Y tiene que haber una magnífica moral si se quiere que haya magníficos productos. Seguridad significa buenas condiciones de trabajo, ambiente saludable, trabajadores que tengan todos los estímulos a su alrededor para rendir el máximo. Un buen producto tiene que  tener seguridad detrás de sí.

Tercero, la seguridad garantiza el trabajo. Estamos hablando ahora acerca de su habilidad para ganarse el sueldo, para llevar a casa cada mes esos billetes que pagan el alquiler, alimentos a los niños, etc. Se han detenido ustedes a pensar acerca de lo mucho que su familia depende de su seguridad?

Cuarto, la comunidad entera se beneficia de la seguridad. Vivimos en una sociedad compleja. Esta empresa como las otras, es apenas un diente en el engranaje de toda la maquinaria. Pero es un diente importante. Nuestra comunidad, otras fábricas, otros negocios de distintas clases, dependen de nuestra producción sin interrupción. Cuando se paran una cantidad de nuestras operaciones, otras también lo hacen en nuestra comunidad (y en todo el país). Y nadie puede poner obstáculos a la producción tales como perder un hombre clave o dañar el equipo vital a causa de un accidente.

Claro que la seguridad cuesta tiempo, dinero y una gran cantidad de sudor, … pero vale la pena!. Porque la seguridad paga, tan realmente como pagamos impuestos. La paga a nuestra compañía es una operación lucrativa, a la comunidad en más y mejores mercancías, a nuestras familias en necesidades de la vida en felicidad, en seguridad, porque cuando trabajamos con seguridad llega el dinero y la felicidad.

Tomado de CUCHE CORP


jueves, 12 de julio de 2012

Charla ¿De qué manera afecta la electricidad al cuerpo humano?


En esta tercera charla – última que vamos a dedicar a tratar el tema de cómo afecta la electricidad al cuerpo humano -, hablaremos sobre los efectos físicos ‘no inmediatos’. Recordarán que en la charla anterior tratamos los efectos ‘inmediatos’.
Los efectos físicos no inmediatos se manifiestan pasado un cierto período de tiempo después del accidente.
Los principales son:



  • Manifestaciones renales. Los riñones pueden quedar bloqueado como consecuencia de las quemaduras, puesto que se ven obligados a eliminar la gran cantidad de mioglobina y hemoglobina que les invade después de abandonar los músculos afectados, así como las sustancias tóxicas que resultan de la descomposición de los tejidos destruidos por las quemaduras.



Se considera, generalmente, que la práctica de la alcalinoterapia precoz (absorción de 4 a 6 gramos de bicarbonado sódico disueltos en 1/3 de litro de agua inmediatamente después del accidente y, a continuación, cada 15-30 minutos hasta el ingreso en el hospital) tiene un gran interés, debido que se restablece la secreción y excreción de la orina, y se alcaliniza la orina, con lo cual se facilita la expulsión de la mioglobina producida.



  • Trastornos cardiovasculares. Los estudios médicos realizados demuestran que la descarga eléctrico es susceptible de provocar pérdida del ritmo cardíaco y de la conducción aurículo ventricular, que pueden llegar hasta el infarto de miocardio, además de trastornos únicamente subjetivos, como taquicardia, sensaciones vertiginosas, cefaleas rebeldes, etc.




  • Es frecuente, finalmente, que el choque eléctrico actúe bien como factor desencadenante y revelador de una lesión prexistente, o bien como factor agravante de lesiones ya diagnosticadas.




  • Trastornos nerviosos. La víctima de un choque eléctrico sufre frecuentemente trastornos nerviosos relacionados con pequeñas hemorragias, fruto de la desintegración de la sustancia nerviosa, ya sea central o medular. Normalmente el choque eléctrico no hace más que poner de manifiesto un estado patológico anterior. En individuos afectados de arterioesclerosis, el choque eléctrico favorece la aparición de hemorragias o de trombosis a nivel de vasos ya lesionados por la enfermedad citada.




  • Por otra parte, es muy frecuente también la aparición de neurosis de tipo funcional más o menos grave, pudiendo ser transitorias o permanentes. Normalmente, al cabo de dos o tres meses, sobreviene la curación de estas enfermedades neuropsíquicas.

  • Trastornos sensoriales, oculares y auditivos. Los trastornos oculares observados a continuación de la descarga eléctrica son debidos a los efectos luminosos y caloríficos del arco eléctrico producido. En la mayoría de los casos se traducen en manifestaciones inflamatorias del fondo y  segmento anterior del ojo. Hay que mencionar, además, la catarata  ocular, que puede aparecer al cabo de 46 meses de haberse producido el accidente eléctrico, pero no actualmente todavía no se ha descubierto el factor desencadenante de dicha lesión. Los trastornos auditivos comprobados pueden llegar hasta la sordera total, y se deben generalmente a un traumatismo craneal, a una quemadura grave de alguna parte del cráneo o a trastornos nerviosos.

Voltajes Bajos

No quisiera terminar esta última charla sobre este tema, sin mencionar el aspecto de los voltajes bajos.

Algunas personas piensan erróneamente, que los voltajes altos son los peligrosos; sin embargo, la realidad es que los voltajes de menos de 115 voltios también pueden matar. Hay demasiada gente que cree, por ejemplo, que una sacudida debido a un voltaje de menos de 115 voltios no ofrece ningún peligro.

En primer lugar, no creo que existan documentos que prueben que se han producido muertes debido a circuitos de 12 voltios o menos. Los voltajes que se usan en los transformadores de los timbres caseros y termostatos de los hornos, por ejemplo, están en una gama de 12-25 voltios y se consideran normalmente seguros.

En segundo lugar, existen documentos que prueban que se han producido muertes debido a descargas eléctricas de circuitos con un voltaje de por encima de los 45 voltios, por esa razón, se debería considerar a ese tipo de voltaje como peligroso.

Las estadísticas muestran que hay muchos trabajadores que mueren todos los años debido a contactos con circuitos de 115 voltios. Las autoridades en la materia afirman que cualquier sacudida proveniente de una corriente de más de 16 miliamperios puede matar a una persona. He aquí lo que eso significa. A 115 voltios, una bombilla de 100 voltios extrae aproximadamente 900 miliamperios de corriente, y una bombilla de 5 vatios extrae aproximadamente 50 miliamperios. Por consiguiente, la cantidad de corriente utilizada por la bombilla de 5 a 10 vatios extrae aproximadamente más que suficiente para matar a un ser humano. (Un miliamperio es una milésima parte de un amperio).

Recuerden que la condición de sus cuerpos tiene mucho que ver con las posibilidades de que reciban una sacudida fatal. Si sus manos están sudorosas, si sus calcetines y zapatos están húmedos, si el piso está mojado, o si están parados en un charco de agua, esta humedad permitirá que pase más corriente a través de sus cuerpos.

Por consiguiente – y con esto voy a terminar – observen una precaución extrema cuando trabajen con herramientas portátiles eléctricas en lugares húmedos o mojados o cuando estén cerca de objetos puestos a tierra que ustedes pudieran tocar y, al tocarlos, permitir que la electricidad llegue a tierra a través de sus cuerpos. 






martes, 12 de junio de 2012

Charla: La agonía de los pies


Muchos de ustedes realizan trabajos que les exige estar de pie muchas horas al día. Esto no se puede evitar en muchos trabajos; pero lo que sí se puede evitar es el vivir constantemente con incomodidad o dolor en los pies. Cualquiera de estas dos condiciones puede ser una indicación de que existe un verdadero problema médico que es necesario solucionar. Si tal fuera el caso, ustedes podrían tener lo que se conoce como síndrome de túnel tarsal (STT). Este nombre, que suena tan dramático, es una condición que la sufren muchas personas durante años, sin saber que hay una solución para la misma.
El STT es similar en algunas formas el síndrome del túnel carpal (STC). Mucho más común que el STTT, el STC es un desorden de los nervios relacionado con las manos y la muñeca que afecta a las personas que tienen trabajos repetitivos en que deben realizar los mismos movimientos durante muchas horas seguidas. El STC es común en muchas ocupaciones, como trabajos de manufactura y de oficina y manejo de materiales.
El STT es básicamente un caso de irritación de nervios alrededor de los pies o tobillos. “Por la razón que sea un nervio queda entrampado o se comprime debido a una presión proveniente de un tejido apretado y cubierto”, dice el Dr Patric O’Connor, un cirujano ortopédico especializado en lesiones del pie y del tobillo.
Dónde duele depende de qué nervios están implicados. Los síntomas de STT pueden incluir dolor o cosquilleo en los dedos, en la parte de afuera del pie o detrás del tobillo. También se puede sentir una sensación de adormecimiento en el medio del tobillo.
Como el STC, la causa principal del STT es un movimiento repetitivo, tal como usar un pedal para el pie. Una inflamación debido a un quiste, un tumor o un crecimiento puede también producir un STT. O puede también ser el resultado del tejido de una cicatriz que crece sobre una lesión olvidada hace mucho tiempo. También pudiera estar relacionada con un ‘trauma directo’. Este es el término médico que se utiliza para explicar lo que ocurre si una viga de acero, por ejemplo, cae sobre el pie o una pierna queda aplastada en un accidente. Los médicos están aprendiendo todavía más acerca de esta enfermedad.
 No es fácil señalar con precisión a las personas que tienen más posibilidades de desarrollar un STT. A pesar de la falta de investigación, es seguro afirmar que alguien debe de andar mucho o permanecer mucho tiempo en una escalera o conducir un camión todo el día, es un candidato más posible que alguien que está sentado durante la mayor parte de sus horas de trabajo. lo mismo podemos decir de la gente que pesa excesivamente o nunca hace ejercicios, puesto que estas personas ponen una presión extra en sus pies y tobillos.
Tales enfermedades como la artritis o la diabetes también pueden debilitar la resistencia del pie, que puede acelerar el desarrollo del STT. El calzado mal diseñado no es ninguna ayuda tampoco. Si sus trabajos requieren el llevar calzado de protección con puntas de acero, deben asegurarse de que también provee un apoyo resistente y firme para el pie y el tobillo.
En cuanto al tratamiento de casos de STT, la mayoría de los profesionales médicos prefieren la prevención a la cirugía.
Aunque, como les he dicho al principio, en muchos casos no es posible evitar las muchas horas que hay que permanecer realizando un mismo trabajo, en otras ocasiones si que se puede hacer esto; por lo tanto, si somos nosotros susceptibles a tener este problema o lo tenemos ya, debemos:
  • Mirar nuestras tareas desde un punto de vista ergonómico. Por ejemplo ¿Podemos a veces sentarnos un rato en lugar de estar de pie para realizar una tarea?
  • ¿Podemos rotar a veces nuestra tarea con otros compañeros de trabajo, para dar un descanso merecido a nuestros pies?
  • ¿Pudieran algunos medicamentos antiinflamatorios disminuir la inflamación que sentimos?
  • ¿Nos beneficiaría una terapia física?

Los pies, aunque los llevamos siempre cubiertos y no a la vista, como en el caso de las manos, merecen también nuestra consideración y cuidado. Una incomodidad prolongada en los pies puede resultar con el tiempo en un problema grave que pudiera requerir hospitalización o quizá hasta nos impida un día realizar nuestra tarea ordinaria o, incluso, andar para el resto de nuestra vida.

sábado, 9 de junio de 2012

Charla: Cuidado de las Herramientas Manuales


Al promover la prevención de accidentes recalcamos mucho los dispositivos de protección tales como resguardos, cascos, botas o zapatos protectores, gafas, respiradores, y cientos de otras cosas. La mayoría, sin embargo, nunca pensamos que uno de los dispositivos de protección más importantes que tenemos es la herramienta en buenas condiciones que necesitamos para realizar el trabajo. Las buenas herramientas son dispositivos de protección porque remplazan a nuestras manos, hacen el trabajo que las manos no pueden hacer e impiden que estas se lesionen. Pero al decirles que una herramienta es un dispositivo de protección, me refiero a aquella herramienta que es la adecuada para realizar el trabajo, no un sustituto o una herramienta de ‘improvisación’.
Una herramienta de ‘improvisación’ es aquella que no es la adecuada para el trabajo a realizar. Por ejemplo, cuando se usa el lado plano de un hacha para romper rocas porque no se tiene a mano un martillo para ese propósito, o cuando se utilizan alicates en lugar de una llave inglesa para aflojar o apretar los adaptadores de una tubería, se están utilizando herramientas de ‘improvisación’.
Yo no puedo mencionar todos los casos en que podemos utilizar mal una herramienta, ni creo que es necesario. Ustedes saben que el utilizar la herramienta incorrecta es peligroso por dos razones:
Primero, generalmente no se realiza bien el trabajo con ella y además se requiere demasiada energía para realizarlo. Una herramienta incorrecta puede hacer que nos resbalemos, que nuestras manos se introduzcan en zonas o puntos de pellizco o que suframos otras clases de lesiones.
Segundo, el otro peligro de utilizar una herramienta de ‘improvisación’ es el daño que se puede hacer a la herramienta en sí, lo que pudiera producirnos un accidente cuando la volviéramos a utilizar. Imagínese a alguien tratando de clavar un clavo grueso con el lado plano de un hacha que ha sido utilizada para romper rocas…
La condición de las herramientas manuales es su responsabilidad. La forma en que las utilizan depende estrictamente de ustedes. Yo les puedo hablar de vez en cuando sobre la seguridad de las herramientas manuales, pero lo que no podemos hacer es estar todo el día recomendándoles la forma correcta de utilizarlas. Si lo hiciera, ustedes se resentirían y con buena razón.
Así que, lo que voy a hacer es decirles lo que yo considero que son los puntos más importantes que debemos tener en cuenta al utilizar herramientas manuales. Y esos puntos los voy a condensar en tres:
En primer lugar, mantengan sus herramientas en buenas condiciones. El viejo dicho: “A un buen mecánico se le reconoce por las herramientas que utiliza”, significa que los buenos trabajadores se enorgullecen de sus herramientas, y saben que para realizar un buen trabajo las herramientas tienen que estar en condiciones perfectas. Si el mango de un hacha o martillo muestra el comienzo de una rajadura, remplácenlo, porque incluso si se forra con cinta, nunca será tan resistente y equilibrado como cuando era nuevo.
En segundo lugar, almacenen y transporten sus herramientas adecuadamente. Normalmente se dispone de un baúl o una caja de herramientas cerca del lugar de trabajo. Depende de ustedes, pues, almacenarlas adecuadamente. Mantengan las herramientas limpias y secas en un lugar seguro, de tal forma que no se dañen debido a material que cae, que no pueda pasar por encima de ellas ningún equipo y que no puedan ser causa de que ustedes se tropiecen. Cuando hayan terminado de utilizar una herramienta, vuelvan a almacenarla en la caja para herramientas o en otro lugar de almacenamiento.
Traten de no llevar herramientas en las manos cuando suban por las escaleras. Llévenlas en una bolsa, colgadas del hombro o del cinturón. De tal forma que sus manos estén libres para agarrarse a los lados de la escalera. Y nunca suban o bajen una herramienta eléctrica por su cable. Si deciden subirla o bajarla por medio de una cuerda, aten la cuerda alrededor de la herramienta eléctrica, no aten la cuerda al cable eléctrico.
Asegúrense de proteger los puntos cortantes y las caras o lados de las herramientas de corte. Si transportan herramientas cortantes, mantengan los bordes alejados de su cuerpo, y transporten las herramientas de tal forma que si cayeran, no les causaran lesiones.
Y, en tercer lugar, utilicen la herramienta para el trabajo que van a realizar. Recuerden que cada una de las herramientas manuales que ustedes utilizan fueron diseñadas para realizar un trabajo en particular y, si la utilizan y cuidan de ella correctamente, facilitarán su trabajo y lo harán más seguro. Estoy seguro que todos ustedes en alguna ocasión han utilizado una herramienta que tenía un borde gastado o roto y saben lo difícil que es hacer un trabajo bien con una herramienta así.
En realidad, la mayoría de las lesiones que se producen debido a la utilización de las herramientas incorrectas se pueden prevenir si se siguen las tres normas que les he mencionado.
Y para terminar, quiero recordarles algunas recomendaciones que deben tener en cuenta al utilizar herramientas manuales:
·         No recarguen una herramienta extendiendo su mango.
·         Cuando utilicen una llave, hagan fuerza hacia ustedes.
·         Eviten golpear dos herramientas que sean de acero templado.
Cuando tengan que cortar, apuntalar o golpear, asegúrense que tienen un equilibrio firme y que sus pies y piernas están lo más alejados posibles del lugar de trabajo.
Tengan siempre presente que los buenos trabajadores y las buenas herramientas van juntos.

jueves, 7 de junio de 2012

Charla: Razón de ser de las Normas de Seguridad


La verdad es que a nadie nos gusta tener que vivir observando normas. Todos nos imaginamos que somos lo suficientemente despiertos como para hacer lo que tenemos que hacer sin que alguien nos tenga que indicar por anticipado los pasos a seguir. En la mayoría de los casos esto es verdad. La gran mayoría de nosotros somos lo suficientemente despiertos como para hacer bien las cosas; la mayor parte del tiempo. Pero todos tenemos momentos durante los cuales hacemos las cosas mal y algunas veces tan ridículas que un poco más tarde nos avergonzamos de haberlas hecho.

Esto se aplica a todos. Algunas veces parece que la mente se va de vacaciones y es entonces cuando nos exponemos a tener problemas serios, a menos que hayan normas que nos indiquen lo que debemos hacer. Por ejemplo, alguien puede que le guste tomarse un trago o dos; pero sabe por experiencia que si toma más de dos, o tres cuando mucho, empieza a provocar a la policía o insultar a sus mejores amigos, y al día siguiente se levanta cansado y con un fuerte dolor de cabeza. Por lo tanto, la única protección que tiene para ello es una norma autopreparada, no tomar más de dos tragos. Todo lo que tiene que hacer es, al tomar dos tragos, acordarse de la norma y seguirla (si tiene la fuerza de voluntad para hacerlo) ya que el recuerdo de la norma está en su mente aun cuando esté desapareciendo su capacidad para juzgar correctamente.

En cierta forma, una norma es como un resguardo en una máquina. Todos sabemos que podemos operar cualquier máquina sin resguardo y evitar lesiones, cuando estamos atentos, no estamos cansados, no estamos preocupados y concentramos toda nuestra atención en lo que estamos haciendo. Este es el motivo por el cual siempre debemos asegurarnos de que el resguardo está en la máquina, ya que si tenemos que depender de la atención que prestamos a nuestro trabajo, en algún momento nos distraeremos y perderemos algunos dedos.

La norma cumple la misma función. Es un resguardo que nos protege contra nuestros errores, como cuando nuestra mente no está funcionando bien por algún problema que nos distrae o no tenemos control sobre todo el proceso de la operación.

He aquí lo que he querido decir con la frase o no tenemos control sobre todo el proceso de la operación. Supongamos que una grúa o montacarga está levantando una carga. Si el operador está bien despierto; si el equipo está en perfectas condiciones; si las cadenas o cables o sogas han pasado la inspección y la carga está bien asegurada. Podemos caminar bajo la carga con seguridad. Pero nunca sabemos si todas estas cosas están en estas condiciones. Personalmente no podemos inspeccionar cada soga o mirar en la mente del operador o saber cualquiera de las otras cosas que tenemos que conocer. Por lo tanto, si no estamos seguros, lo mejor será observar la norma que dice: “nunca habrá de pasarse bajo una carga que se está levantando”

Nunca se deben dar más normas de las que la experiencia ha demostrado que son necesarias. Cada norma es el resultado de experiencias con accidentes. Las normas no indican en detalle los pasos a seguir, pero indican los pasos que siempre deben observarse. Para que una norma sea efectiva habrá que conocerla, y esto no quiere decir que alguna vez sea leída o la escuchen y luego la olviden. La norma habrá de fijarse tan bien en la mente como para que no se la pueda olvidar cuando estemos ocupados o preocupados.

El motivo por el cual en todos los lugares de trabajo debería haber letreros y carteles es para recordar constantemente algo que no debemos olvidar. Esta es la razón por la cual los supervisores repetimos las normas una y otra vez. Las normas deberán estar tan arraigadas que no puedan ser borradas de la mente en un momento de distracción.

miércoles, 6 de junio de 2012

Charla: Qué hacer en caso de Fuego


(Sr. Supervisor: Es muy probable que su planta tenga un reglamento definido, un plan y un equipo especial para informar, combatir y evacuar en caso de fuegos. En esta charla nos limitamos a esquematizar algunas reglas generales únicamente. Úselas como una guía para presentar los procedimientos que deben seguir en su planta y dar una información básica en el uso de extintores y otro equipo para combatir el fuego).
¿Qué hacer en caso de fuego?
¿Gritar para que alguien haga algo?
¿Agarrar los extintores más cercanos o un balde?
¿Correr como alma que lleva al diablo, hacia la salida más cercana?
Bien, en caso de fuego usted debe dar la alarma, debe tratar de sofocar el fuego y debe tratar de salvar el pellejo. Pero usted no debe gritar, no debe correr, no debe agarrar cualquier extintor a la loca.
Hay una manera correcta y una manera equivocada de actuar en caso de incendio. En esta planta tenemos reglas definidas y mucho equipo moderno contra el fuego que puede ayudarnos a salvar nuestro trabajo y nuestras vidas, si lo usamos de manera correcta. De tal manera que les hablaré de la manera correcta.
en caso de fuego, lo primero es informarlo. No trataría usted de extinguir el fuego primero? ¡No! Si es algo que pueda salir de nuestro control y expandirse, notifique primero a los bomberos. Muchos fuegos no han podido ser controlados porque alguien trató de hacerlo sin tener suficiente equipo o ayuda. Mejor es llamar a los bomberos y no necesitarlos, que no llamarlos y necesitarlos.
Pero haga ambas cosas si es posible. De la alarma y trate de combatir el fuego. Use trabajo de equipo. Uno da la alarma, otro combate el fuego.
Para informar sobe un fuego rápidamente:
Use la caja de alarma que esté más cerca. Esto significa saber dónde está y saber operarla.
Use el teléfono más cercano si no hay alarma a la mano. Sepa de antemano a quien llama y cómo conseguirlo. De completa información: Quién es usted, donde está, dónde se encuentra el fuego, y como se le está combatiendo (Indicar los números a donde llamar y el método de la planta para informar los fuegos).
Espere a los bomberos. Esto es importante. Ya sea que usted use la alarma o el teléfono, haga que alguien salga a encontrar a los bomberos para dirigirlos al sitio exacto del fuego. De otra manera se perderán segundos preciosos.
Advierta a todos los que no están implicados en el fuego. Pero conserve su cabeza. No corra. No grite. A menudo el pánico causa más daños que el fuego.
Trate de extinguir el fuego. La mayoría de los fuegos empiezan en pequeño y pueden ser fácilmente extinguidos, si usted no pierde el tiempo y lo hace correctamente. He aquí lo que usted debe saber.
Conozca que tipo de fuego es. En materias sólidas, líquidas, inflamables o equipo eléctrico? No use agua en aceites o petróleos o equipo eléctrico vivo. Causaría su expansión y hay peligro de choque.
Sepa que tipo de extintores debe usar en las distintas clases de fuego. Conozca donde están los extintores. Conozca como operarlos.
Evacúe con seguridad. Conozca el significado de las sirenas y de los avisos.
Conozca su parte en las prácticas de incendio. Conozca la localización de la salida de emergencia más cercana. Siga las instrucciones de los bomberos o la brigada contra incendio y de los supervisores que dirijan la evacuación.
Conserve su cabeza fría. Camine, no corra. Espere su turno. No empuje, no atropelle. No forme tumultos. Fíjese donde pisa, especialmente en escaleras. Use los pasamanos.
Si abandona su trabajo, pare la máquina, cierre el gas, etc.
No trate de salvar sus herramientas o pertenencias personales. Las demoras pueden significar su vida o la de otros.

lunes, 28 de mayo de 2012

Charla: El fuego nos puede quitar el trabajo... o la vida


La charla de hoy voy a dedicarla a un tema que siempre nos asusta y nos preocupa, sin embargo, a pesar de ello, no le prestamos la debida atención.
Pues bien, me refiero a las formas más rápidas y desastrosas en que tanto ustedes como yo podríamos perder el trabajo: dejando que un fuego se produzca en nuestro lugar de trabajo. El fuego puede comenzar en el momento más inesperado y destruirlo todo casi instantáneamente, hasta nuestras propias vidas y la de nuestros amigos.
Estoy seguro que ustedes en sus casas siempre están al tanto y se preocupan por todos los factores que pueden provocar un fuego. Esa misma preocupación debe existir en el lugar de trabajo, después de todo aquí pasamos gran parte del día y es de aquí donde obtenemos el medio para alimentar y satisfacer todas las necesidades de nuestros familiares. El lugar de trabajo es nuestro segundo hogar y no podemos permitir que el descuido y el desinterés lo destruya.
Las estadísticas indican que más del 40% de las plantas y fábricas que sufren grandes y serios fuegos nunca más se reconstruyen ni vuelven a abrir sus puertas. Esto significa, desde luego, que mucha gente pierde su trabajo por causa de fuegos.
Esperemos que nunca tengamos que enfrentarnos a un fuego. No obstante, un fuego puede producirse en cualquier momento dondequiera que haya algo que pueda quemarse y toda planta, oficina o edificio tiene cantidad de cosas que pueden quemarse.
Cuando ustedes piensen en las cosas que pueden quemarse y causar un fuego, no sólo piensen en madera, aceite o papel, también piensen en los rincones oscuros y escondidos donde puede haber cosas tiradas como paños sucios con aceite y ropa vieja, en el aislamiento de caucho de los equipos eléctricos y hasta en ustedes mismos. Recuerden que algunas sustancias que se derraman o se calientan pueden despedir vapores que son combustibles.
Solamente se necesitan tres elementos para que se produzca la combustión y se desate el fuego: combustible, calor y aire. Se juntan los tres y se crea un fuego. Una de las formas más comunes de combustión ocurre cuando se fuma, particularmente cuando se enciende un cigarrillo donde está prohibido fumar y se tira el fósforo. Generalmente cuando el fósforo llega al suelo ya está apagado, pero si no lo está y cae sobre un material combustible se producirá un fuego.
Todos podemos ayudar a prevenir los fuegos. Debemos mantener nuestra área de trabajo ordenada y limpia, sin dejar que acumule ningún material combustible. Tirar los paños sucios o empapados de pintura o aceite en recipientes destinados a ese propósito. También debemos tener siempre presente las medidas de prevención, por ejemplo, no fumar donde está prohibido y mantener las puertas de salida de emergencia libres de obstáculos. Tampoco debemos bloquear las escaleras ni los equipos de extinción. Debemos mantener todos los materiales combustibles lejos de las fuentes de combustión e informar rápidamente sobre cualquier peligro o situación que pueda causar un fuego.
Hay varias medidas que todos debemos saber y mantener presentes en caso de que se produzca un fuego. Saber dónde están las salidas de emergencia para salir rápidamente si es necesario. También es importante saber cómo se pone a funcionar la alarma de fuego por si descubrimos uno. Nunca debemos intentar apagar un fuego sin haber informado el mismo adecuadamente ya que muchas personas han muerto en tal intento y muchas plantas se han quemado por eso.
Otra medida es saber dónde están los extintores y cómo manejar estos equipos.
Todos podemos prevenir los fuegos, pero  en caso que se produzca uno debemos saber cómo actuar. No podemos permitir que un fuego nos quite el trabajo… o la vida.

sábado, 26 de mayo de 2012

Charla: Líquidos Corrosivos

La palabra corrosión significa comer gradualmente. Por lo tanto, un líquido corrosivo es aquel que come desde la superficie hacia adentro. Algunos corrosivos son bastante rápidos. Por ejemplo, algunos de los ácidos fuertes como el sulfúrico, muriático y nítrico, se comerán la piel muy rápido, sobre todo si están calientes. La soda cáustica o el potasio cáustico son más rápidos.

Muchas son las sustancias que pueden comerse la piel y la carne, algunas con más rapidez que otras. Algunas sólo la queman, no la destruyen; otras la irritan; pero ninguna es buena para la piel.

El peligro más grande es para los ojos. Una gota puede arruinar la vista a menos que se lave en el acto. Algunos podrán pensar que la expresión “comedores de la piel” es demasiado fuerte para referirse a corrosivos, pero no creo que exista otra más apropiada. Estas sustancias son útiles y se las necesita, pueden utilizarse si sé las maneja correctamente. No hay ninguna razón para que produzcan lesiones.

Lo primero que debe conocerse es la sustancia. ¿Cuáles son los peligros que ofrece? ¿Es muy corrosiva? ¿Corroe con rapidez o lentamente? ¿Puede quemar la piel? ¿Se nota su efecto en la piel o cuando es demasiado tarde?

Si hay que trabajar con líquidos corrosivos, es necesario tener las respuestas a estas preguntas. Cuanto más se conozca sobre el efecto de cada una, más fácil será manejarla. Es imposible predecir todo lo que puede suceder, siempre pueden presentarse condiciones inesperadas, pero si se sabe cómo actúa cada sustancia bajo condiciones diferentes generalmente se podrán tomar las precauciones necesarias. En una emergencia, como por ejemplo en el caso de incendio o de derrame del ácido, este conocimiento puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

La mayoría de los líquidos corrosivos son químicos, ya sean gaseosos o sólidos, disueltos en agua. Por ejemplo, el amoníaco es el gas de amoníaco disuelto en agua.

Lo importante a saber sobre el agua es que cuanto más caliente esté, menos gas retendrá. Esto significa que si se calienta un líquido corrosivo que contiene gas, éste será liberado. Los gases no deben respirarse, y algunos son muy malos. En algunos casos pueden dañar los pulmones, y mucho, aún sin saberlo, y la víctima puede morir horas o días más tarde. Es importante, por lo tanto, recordar que siempre que se calienta un corrosivo, se está corriendo un riesgo.

Algunos líquidos corrosivos no tienen que ser calentados para desprender gases; todo lo que se necesita es derramarlos. La mayoría destruyen el metal, por lo tanto hay que almacenarlos en botellas o en garrafas de vidrio.

Es importante identificar siempre todas las sustancias corrosivas y ponerles las etiquetas correspondientes.

Al supervisor le corresponderá instruir a los trabajadores sobre el manejo correcto de estas sustancias.

Si todos ustedes cooperan, siguen las instrucciones, usan el equipo protector – anteojos, delantales, botas de caucho, o el que sea necesario – y los resguardos correspondientes, podrán trabajar con los corrosivos sin correr ningún riesgo.
Tomado de la publicación del Consejo Interamericano de Seguridad

miércoles, 23 de mayo de 2012

Charla: Informar los Peligros Eléctricos


La mayoría de nosotros entendemos muy poco de electricidad. Moviendo interruptores encendemos o apagamos luces o ponemos en movimiento una máquina. Cambiamos una bombilla cuando se funde. Pero aparte de esto, sabemos muy poco sobre cómo funciona la electricidad. Tomamos la electricidad y sus muchas aplicaciones casi por supuesto, porque hace muchas cosas para nosotros fácilmente y siempre que lo queramos.
Tengo la completa seguridad de que muchos de ustedes piensan que sólo las tensiones altas son las peligrosas, pero hoy quiero poner énfasis en que tensiones de 115 voltios y menores también pueden matar.
Demasiada gente cree que no hay peligro de choque de circuitos de baja tensión. Al decir baja tensión me refiero a los circuitos de 220 a 240 voltios que tenemos en nuestras casas y aquí en el trabajo y también a los circuitos de 110 a 120 voltios.
Y no caigamos en el error de culpar a la electricidad y solo a ella, por esas pérdidas. Ustedes saben muy bien cómo se producen los accidentes eléctricos y cómo se pueden prevenir. En demasiados casos esos accidentes son resultados de nuestros actos inseguros. Como en muchas otras cosas en las que trabajamos, nosotros podemos minimizar los malos efectos solamente con tener un poco de precaución. Algunas empresas tienen récords que muestran que han muerto obreros con una tensión tan baja con 46 o más voltios es peligroso.
Hay algunas cosas acerca de la electricidad que deben saber para protegerse contra el choque eléctrico al manejar perforadoras, sierras eléctricas, pulidoras, lijadoras, etc.
Y deben recordar que no será la cantidad de electricidad en un circuito lo que supondrá la diferencia entre la vida y la muerte si se ponen en contacto con una fuente viva de electricidad. Lo que supondrá la diferencia será la cantidad de corriente que atravesará las partes vitales de su cuerpo.
Las estadísticas muestras que muchos trabajadores mueren cada año a consecuencia de circuitos de 110 voltios. Las autoridades en la materia afirman que un choque equivalente a la que se use en una bombilla de 10 vatios lleva más que suficiente corriente para matar a un ser humano.
Recuerden que la condición de su cuerpo tiene que ver mucho con las posibilidades de sufrir un choque fatal. Si sus manos están sudorosas, sus calcetines o zapatos mojados o húmedos, si el suelo está mojado o si ustedes están parados sobre un charco de agua, esta humedad permitirá que pase más corriente a través de sus cuerpos.
Cuando trabajen con herramientas portátiles eléctricas en lugares mojados o húmedos, dentro de tanques o calentadores u otros equipos o sistemas de tubería enterrados que pueden tocar y al así hacerlo crear una senda a través de sus cuerpos por donde la electricidad pueda pasar a tierra, deben tomar precauciones extras.
Antes de enchufar un equipo en un toma-corriente deben asegurarse que está puesto a tierra. Tratándose de herramientas, el cable a tierra suele estar incorporado dentro de la línea eléctrica de la herramienta o sino hay un cable extra que está unido al exterior de la tierra.
Si el cordón que están usando tiene un enchufe de tres vástagos y hay orificios correspondientes para ellos en el tomacorriente, pueden estar seguros que el circuito tiene un sistema a tierra incorporado y que están protegidos cuando lo enchufan. Pero si el enchufe no tiene tres vástagos o si el tomacorriente no tiene tres orificios, antes de usar la herramienta asegúrese que esté conectada a la tierra de alguna forma.
Y para terminar, asegúrese que informan siempre que encuentren cordones desgastados o rotos. Y si alguna vez reciben un choque proveniente de un equipo que están usando, asegúrense que me lo comunican para que lo podamos reparar. Dejemos las reparaciones eléctricas a los electricistas y asegurémonos que usamos equipos a tierra para evitar los peligros eléctricos.
Fuente Externa

lunes, 21 de mayo de 2012

Charla: Protección para la cabeza


El otro día me llamó la atención la frase de un anuncio que me ha servido de inspiración para la charla de hoy. La frase decía así: “No se le ocurra perder su cabeza”. Me puse entonces a pensar que, en realidad, con ciertas y determinadas limitaciones, casi todo el mundo puede trabajar o ser útil de alguna forma a pesar de que le falte un dedo, una mano o una pierna. Pero sin cabeza, nadie puede vivir. Es obvio entonces que la protección de esta parte de nuestro cuerpo es un tema de mucha importancia, por lo que he decidido tratarlo hoy.
Uno de los equipos de protección personal más importantes en la industria, es sin lugar a dudas el casco protector. Estoy seguro que muchos de ustedes han oído y quizás hasta presenciado, algún caso donde un trabajador ha estado a punto de perder la vida, pero que gracias al casco protector se ha salvado.
En esta charla vamos a hablar del casco en sí, de los peligros que pueden dañarlo y de su cuidado y mantenimiento, de lo cual depende que su función pueda cumplirse cabalmente llegado el caso. La vida útil del casco depende no sólo de las condiciones normales que nos rodean en nuestro ambiente de trabajo, sino también de otros factores, como pueden ser el calor, el frío, productos químicos, rayos ultravioletas, etc.
El casco, como lo sabe la mayoría de ustedes, consiste básicamente de dos componentes, la coraza – que es el casco sólido – y la suspensión interior, formada por la banda ajustable y la copa de cocos. Ambos componentes son de mucha importancia, no nos pueden proteger el uno sin el otro. Ambos necesitan una inspección y un mantenimiento regular.
El casco, como ven, es rígido y fuerte. Esa rigidez, además de aminorar la fuerza de los impactos, hace que cualquier objeto punzante que caiga contra la coraza, sea desviado.
Una cosa de la que tenemos que cuidarnos, es de las rajaduras o arañazos en el casco, por muy pequeños que sean. Si ustedes observan algunas de estas señales en su casco es imperativo que lo remplacen por otro nuevo. Por experiencia se sabe que estas pequeñas rajaduras o arañazos son el principio de rajaduras mayores. Si el casco ha sufrido el impacto de cualquier objeto ya sea cuando lo estábamos usando o cuando no, debe ser inspeccionado antes de volver a usarlo.
Hablemos ahora del sistema de suspensión. Esta banda ajustable interior que les muestro es tan importante como la cubierta exterior del casco, o sea la coraza. Los beneficios son obvios, ya que el casco se mantiene a la distancia adecuada gracias al ajuste de esta banda. Todos sabemos lo importante que es este espacio entre el casco y nuestra cabeza. De esta forma, el aire puede flotar en ese espacio.
El propósito principal de las correas de la copa es crear espacio suficiente para absorber la energía de un golpe. Pero para ello es imperativo que las correas se mantengan en sus condiciones óptimas.
Más de una vez he tenido que llamar la atención a alguno de ustedes, porque he notado que tienen la mala costumbre de colocar guantes, cajetillas de cigarrillos, u otros objetos en la parte interior del casco. Esto es una práctica peligrosa ya que se anula el espacio de absorción de energía de los golpes y no podrá protegernos en caso de un accidente.
Otra cosa, no pinten nunca el exterior ni el interior del casco, ni siquiera para poner sus iniciales, todas las pinturas contienen ciertos solventes que pueden ser destructivos para el material de que está hecho el casco. Si quieren identificar sus cascos, pueden usar alguna cinta adhesiva pegada a alguno de los costados del casco.
Para terminar, quiero pedirles a todos que periódicamente revisen sus cascos, la parte interior y la parte exterior, no sean descuidados con este equipo. Todos tenemos varios órganos que pueden ser remplazados en nuestro cuerpo, tenemos varios dedos, dos piernas, dos brazos, pero sólo tenemos una cabeza. Asegurémonos pues, de que la cuidemos, sin ella no somos nada.

sábado, 19 de mayo de 2012

Charla: Ropas Protectoras


En cada una de estas charlas de 5 minutos hay generalmente un aspecto relacionado con la prevención de accidentes que trato de recalcarles. Si logramos dejar que influyan sobre nuestro modo de actuar, reduciremos a un mínimo, donde trabajemos, el número de lesiones incapacitantes.
Hoy quiero hablarles sobre la ropa protectora y los equipos que se diseñan para nuestro uso personal. Empezaré por decirles que el no usarlos, o el abusar de ellos, es una de las razones por la que los trabajadores siguen sufriendo toda clase de lesiones incapacitantes que podrían evitarse sencillamente siguiendo unas reglas básicas.
Aunque no podamos decir que estos accidentes son debido totalmente al descuido, esta afirmación se acerca mucho a la realidad. A veces, sin embargo, son consecuencia directa de la ignorancia. Es una forma de descuido que condenaríamos seguramente si lo viéramos en cualquier persona, pero no lo hacemos cuando lo vemos en nosotros mismos.
Si cualquiera de nosotros tuviera que salir a caminar en medio de una tormenta de una noche fría de invierno, nos abrigaríamos con la ropa más apropiada. Nos prepararíamos para esa situación. Aquí, en nuestros departamentos, diariamente nos enfrentamos a muchos peligros y sin embargo no usamos la ropa adecuada para protegernos. Todos ustedes conocen su trabajo y saben lo que necesitan para protegerse en el desempeño del mismo. Todos saben que en trabajos donde hay partículas voladoras es necesario protegerse con anteojos protectores. Donde se manejan objetos pesados es necesario llevar zapatos con punteras de acero. Un soldador eléctrico tienen que llevar un casco equipado con un vidrio oscuro para proteger sus ojos de las luces cegadoras y de las chispas de los arcos eléctricos, si quiere evitar las lesiones en las que incurren los trabajadores que no llevan la protección necesaria.
Nuestra ropa protectora puede ser simplemente guantes para proteger nuestras manos, botas de goma, un traje de amianto, un cinturón de seguridad o cualquier otro de los muchos equipos de protección que existen, depende de la necesidad.
Supongamos que hiciéramos un inventario de todas las protecciones que habitualmente llevan los trabajadores que realmente las necesitan. ¿Cuántos de ustedes pensarían que esa ropa protectora es peligrosa? Seguramente ninguno, y en cambio muchos de ustedes actúan como si así lo fuera, y trabajan sin valerse de la protección que ofrecen.
Yo no estoy aquí representando a un fabricante de ropa de protección o tratando de venderles nada. Estoy aquí simplemente para decirles que paga el estar preparados. Paga porque las estadísticas demuestran que los trabajadores que llevan habitualmente protección sufren muchas menos lesiones que los que no la llevan.
Sabemos que cuando una regla dicta que en un trabajo se lleven anteojos de protección, ese requerimiento es para nuestra protección, ese requerimiento es para nuestra protección y para la protección del departamento. En cambio nos olvidamos muchas veces y dejamos los anteojos en el armario o descansando sobre nuestra frente y no sobre nuestros ojos.
El hecho de que no les insista continuamente en que los usen, no es una señal de que no se los aconsejo. Simplemente lo hago porque no quiero estar encima de ustedes continuamente y quiero dejarles a su propia iniciativa. Nosotros asumimos, muchas veces, erróneamente, que el interés en su protección los conducirá a protegerse con los equipos de protección que necesitan.
Quiero pedirles que cada uno de ustedes piense detenidamente sobre los riegos a que se exponen diariamente. A continuación repasen los artículos de que disponen y vean si no hay algo, alguna ropa, algún equipo protector, que podría estar usando para protegerse contra ese peligro. 
Y para terminar, y como resumen, quiero que recuerden siempre este eslogan: Usen la ropa protectora – no abusen de ella. Puede salvarles un ojo, un pie o incluso la vida.
Fuente Externa

jueves, 17 de mayo de 2012

Charla: Protección de los ojos


Hoy he decidido tratar el tema de uno de los órganos más valiosos y maravillosos de nuestro cuerpo humano: los ojos.
La vista es uno de los sentidos más necesarios para nuestro desempeño en la vida. Si nos pusiéramos a hablar de todas las ventajas que tenemos con el don de la vista, sería interminable. Basta sólo con cerrar los ojos y pensar que tenemos que vivir toda la vida en ese estado de oscuridad, para comprender de inmediato su utilidad incalculable. Traten de ver cuántas cosas podrán hacer y a cuántos lugares podrían ir en esas condiciones. Creo que esa prueba es suficiente demostración del valor incalculable de nuestros ojos.
Ahora bien, ¿cuidamos suficientemente y protegemos totalmente a nuestros ojos?
La naturaleza nos ha dotado con diferentes defensas para proteger nuestros ojos.
Pestañas. Se ocupan de capturar el polvo o las pequeñas partículas para que éstas no lleguen a nuestros ojos.
Cejas. Sirven como un cojín protector para detener, entre otras cosas, el sudor para que no llegue a los ojos.
Lágrimas. Tienen la función de lubricar los ojos y limpiarlos de cualquier partícula extraña que llegue hasta nuestros ojos; y.
Pupilas. Se contraen para proteger los ojos de las luces intensas.
Estas defensas naturales protegen a los ojos de posibles lesiones pequeñas, pero no son suficientes para proteger nuestro maravilloso sentido de la vista, que está expuesto muchas veces a peligros mayores, sobre todo en el ambiente de trabajo. Los ojos efectivamente necesitan protección extra cuando se realizan ciertos trabajos, por ejemplo: Hay que protegerse de chispas y salpicaduras que pueden producirse cuando se corta o martilla algo; cuando se realizan tareas de fundición, protegerse de las chispas de los metales calientes que pueden saltar; y si se trabaja con sustancias corrosivas o sustancias químicas, como ácidos, usar la protección ocular necesaria, ya que estas sustancias pueden quemar y dañar la superficie del ojo.
Una de las formas más fáciles y más baratas de proteger nuestros ojos es usando protección ocular. De acuerdo al trabajo que cada uno desempeñe, debemos mantener presente que los espejuelos regulares, esto es, los recetados para corregir algún defecto de la vista, no proveen la protección adecuada. Aunque las gafas de seguridad son la mejor protección posible contra peligros oculares, sólo pueden proteger nuestros ojos cuando las usamos. Si la mayoría del tiempo se dejan las gafas de seguridad en un bolsillo o en la caja de herramientas, de nada sirve que la empresa se haya ocupado y preocupado para darles a cada uno de ustedes la protección ocular necesaria.
Es importante que se mantengan las gafas de seguridad en la mejor condición posible. No las dejen tiradas u olvidadas. Si no se sienten cómodos con las gafas que poseen actualmente, vengan a mí y yo me ocuparé de que sean ajustadas. Es importante también que limpien las gafas regularmente. A veces he oído que algunos se quejan de que no pueden ver bien cuando usan las gafas de seguridad, la mayoría de las veces se ha comprobado que es porque los cristales están sucios.
No digo que sean un placer o una comodidad extraordinaria el llevar las gafas de seguridad todo el tiempo, en realidad ningún objeto lo es, ni siquiera la ropa que nos ponemos, pero con la protección que este equipo nos rinde, protegiendo nuestra vista para asegurarnos que en un momento dado, como cuando una chispa salta, no pueda llegar a nuestros ojos, y dejarnos ciego para el resto de la vida, debemos darnos cuenta que el “sacrificio” de llevar puestas las gafas de seguridad es incomparablemente mínimo comparado al gran beneficio que nos proporcionan.

Ya para terminar, sólo quiero recordarles a todos, que la empresa cumple con su deber al proporcionarles el equipo de protección necesario. Yo siempre que vea que no lo usan y lo necesitan se lo recordaré, pero básicamente son ustedes mismos los responsables directos. Si ustedes no usan las gafas de seguridad de nada vale el esfuerzo de la empresa ni el esfuerzo mio ya que no puedo estar detrás de ustedes en cada instante como un ángel guardián. El precaver a tiempo nos librará de lamentar por el resto de nuestras vidas.
Fuente Externa

miércoles, 16 de mayo de 2012

Charla: Orden y Limpieza y sus consecuencias


Recientemente algunos investigadores han estudiado la relación existente entre el Orden y la Limpieza y algunas enfermedades, concluyendo que la relación es mucho más estrecha de lo que se había imaginado.
El trabajar en medio del desorden y la falta de limpieza aumenta las posibilidades de que se pierdan piezas, herramientas indispensables, lo cual aumenta los disgustos y las frustraciones y ponen un exceso de presión sobre el corazón y el sistema nervioso.
La falta de Orden y Limpieza presenta también otros peligros para la salud (la amenaza de una lesión corporal – Un simple golpe de la barbilla contra la pared, consecuencia de un resbalón sufrido en un charco de aceite) acelera, a veces con violencia, los latidos del corazón, pudiendo ocasionar un ataque cardíaco.
La responsabilidad por el Orden y la Limpieza en todos los trabajadores, no solo es del personal de Limpieza.
Nunca es suficiente insistir, sobre la necesidad que todos los trabajadores mantengamos el lugar de trabajo limpio, recogiendo la basura y disponiendo de ella en el recipiente adecuado. No es una buena costumbre dejar la basura amontonada en un rincón y disponer de ella en el lugar inapropiado.
En una Dependencia donde se quiera tener un buen récord de Prevención de Accidentes, es indispensable tener un buen programa de Orden y Limpieza, disponer de la basura donde corresponde, disminuye la posibilidad de sufrir accidentes.
Es necesario recordar, “El orden y la limpieza son las base de la seguridad”.
Fuente: Pesquera BAMAR

martes, 15 de mayo de 2012

Charla: La Importancia del Orden y Limpieza en la Planta

La charla de hoy quiero dedicarla al orden y limpieza de nuestra planta o lugar de trabajo, a pesar de que este es un tema que ya ustedes conocen porque no es algo que tiene su origen aquí en la industria sino que viene de sus hogares. Estoy seguro que ustedes se preocupan por la limpieza y por mantener el buen estado de sus casas porque de esa forma viven con mayor comodidad y se sienten más protegidos y seguros de muchos peligros que son causados por falta de mantenimiento y abandono. Ese mismo interés por el buen orden y limpieza debe existir también en la planta, después de todo, ésta es nuestra segunda casa.

El buen mantenimiento de la planta no es tarea de una sola persona ni de un día, al contrario, es de constancia y de la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. A la gerencia le interesa que ustedes puedan desempeñar su labor en una forma eficaz, productiva y cómoda. Para lograr esto tenemos que cooperar todos y ayudar a mantener limpio y libro de peligros el lugar de trabajo. Existe un gran número de ventajas cuando se mantiene la planta debidamente limpia y ordenada. Entre éstas podemos mencionar las siguientes: existe una mayor protección contra los accidentes; mejor protección contra el fuego; mejor estado de salud de todos los que trabajamos en ella; y, una mayor conciencia moral y eficiencia por parte de nosotros.

El evitar los accidentes y lesiones industriales es una de las mayores preocupaciones de cualquier compañía. Cualquier líquido derramado y obstáculo en el suelo puede ser la causa de peligrosas caídas. Los pasillos atestados de material en forma desordenada y las áreas de trabajo congestionadas pueden contribuir al peligro. Un buen programa de mantenimiento y limpieza nos mantiene protegidos a todos ya que eliminamos así muchos de los peligros que pueden afectarnos ya sea directa o indirectamente.

Es muy importante que el lugar donde trabajamos sea cómodo y agradable. Esto lo podemos lograr si cooperamos para mantenerlo limpio y ordenado. Cuando nos sentimos bien protegidos podemos trabajar más y mejor y como resultado se obtiene un mayor grado de productividad junto con un menor número de accidentes. Verdaderamente a ninguno de nosotros nos agrada trabajar en un lugar desorganizado, sucio y lleno de peligros. Entonces nuestro propósito debe ser mantener las mejores condiciones posibles en el trabajo y siempre tratar de superarlas más. Debemos mantener los materiales o productos útiles y necesarios almacenados o apilados debidamente. Todo lo que no sea necesario debemos desecharlo para evitar obstrucción o peligro en el área de trabajo.

Generalmente al mantener el buen estado y funcionamiento de la planta se disminuye considerablemente el número de accidentes y la posibilidad de que éstos ocurran.

Una palabra o concepto que me gustaría repasar con ustedes es hábito. ¿Por qué digo esto? Lo digo porque hábito implica hacer algo automáticamente sin pensarlo. Para trabajar y vivir con la mayor protección posible necesitamos tener el hábito de mantener la limpieza y la organización. Si no tenemos este hábito, hay que formarlo, pues es de suma importancia tanto dentro del trabajo como fuera de él.

Muchas personas son vivos ejemplos de malos hábitos al extremo de que han sufrido y sufren la agonía de huesos rotos, heridas, quemaduras y otras lesiones precisamente debido al abandono y a la falta de un buen sistema de limpieza y mantenimiento.

Habrán notado que he repetido algunas veces durante la charla la palabra mantenimiento. Lo he hecho a propósito ya que es algo clave. La palabra mantener implica un proceso constante, lo que quiere decir que el orden y la limpieza no es cosa de un momento ni de un día. Es cosa de cada momento y de todos los días. Es cosa de constancia y de preocupación por parte de todos.

Yo podría darles una larga lista de ejemplos en que algún trabajador se lesionó; a veces gravemente, debido a la falta de interés y descuido en el orden y la limpieza adecuada del área de trabajo. Por ejemplo, un trabajador resultó incapacitado para trabajar por 10 días porque al resbalar en el suelo mojado se torció un tobillo. También hay otros casos similares en que algunos trabajadores han resbalado debido a líquidos derramados en el suelo y han sufrido serías fracturas de los huesos. Estas lesiones influyen grandemente en el ausentismo en las industrias impidiendo así la productividad del trabajo y lo que es más importante aun, el desenvolvimiento normal de la vida de una persona.

Debemos poner todo lo que sea posible de nuestra parte para eliminar las lesiones y accidentes ocurridos a causa de un mal orden y limpieza, descuido y despreocupación del medio que nos rodea y de nosotros mismos. Recordemos siempre que debemos mantener la planta limpia y ordenada para nuestro propio bien.
Tomado del “Supervisor”. Publicación del Consejo Interamericano de Seguridad.

jueves, 26 de abril de 2012

Charla: Pasillos y corredores


Si no fuera por las estadísticas, dudo que muchos de nosotros creyéramos que los corredores y los pasillos son sitios donde suceden accidentes graves. Sin embargo, así es, y contra los hechos no hay argumentos. Hablaremos, pues, de lo que se ha aprendido de los accidentes ocurridos en estos lugares.
Naturalmente que no hablo solamente de los accidentes que hayamos tenido aquí, sino de los ocurridos en las distintas plantas del país. Y estos accidentes que han costado dinero en servicio médico, compensación e indemnización.
El mayor número es de caídas. Los pisos resbalosos llevan a mucha gente al suelo, lo mismo las cosas con las cuales se tropiezan o que se deslizan o ruedan bajo los pies. Los tacones altos hacen caer a muchas mujeres. Ordinariamente el único daño sufrido es la vergüenza consiguiente, para muchas señoras se han lesionado fuertemente una rodilla o se han torcido un tobillo y, aún, se han quebrado un hueso. Correr por los pasillos o corredores es buscar un accidente. Al mediodía o al salir de un turno es siempre invitar o al accidente o a un disgusto, o a ambos. Si usted atropella alguna persona, a lo mejor ésta se resuelve con ira y malas palabras, si acaso no entra en acción directa.
Las escaleras contribuyen, a los porrazos. Muchas de las caídas en escaleras se deben a malos hábitos, subir de a dos escalones, bajar corriendo, no usar baranda, no pisar bien los escalones, zapatos de taco alto, etc. No lo olviden una caída en una escalera puede matarlo a uno.
Los accidentes con carritos o motos son graves porque casi siempre las lesiones son muy serias. A menudo le rompen a uno una pierna o le causan una grave concusión cerebral. Todos estos accidentes se pueden prevenir, pero se necesita una gran conciencia de seguridad para acabar con ellos. Los conductores deben conocer y seguir siempre las prácticas de manejo seguro. Es casi lo mismo que manejar un automóvil excepto que en la planta es más fácil chocarse con peatones que con otros vehículos. Sin embargo, a veces los carritos chocan. También suelen precipitarse sobre las máquinas, material apilado o las columnas del edificio. El manejo descuidado, demasiada velocidad y el no concentrarse en el manejo seguro son las causas.
Hay otra clase de accidentes en los pasillos. Uno que sucede de vez en cuando es el de irse encima de algo. Parece tonto, pero así es. Es muy fácil distraer nuestra atención cuando vamos caminando. Ustedes conocen el caso muy popularizado del hombre que se distrae mirando cuando pasa una joven. Se mira para atrás y luego se tropieza con cualquier cosa.

Fuente externa

miércoles, 18 de abril de 2012

Charla: Protección de los Pulmones


Generalmente no pensamos en lo importantes que son nuestros pulmones, a menos que tengamos problemas para respirar. Un resfrío nos hace pensar en los pulmones, pero cuando se nos pasa el resfrío nos olvidamos que tenemos pulmones. Sin embargo deberíamos pensar más en ellos – lo importante que es protegerlos de cualquier daño.

El aspecto más importante a tener en cuenta con respecto a los pulmones es que ellos evitan que cualquier sustancia dañina se introduzca en la sangre –sustancias que pueden estar en el aire que respiramos.

Los pulmones están formados por millones de células tan pequeñas que sólo pueden ser vistas con un microscopio muy potente. El forro de cada una de estas células es un filtro muy bueno. Permite que el oxígeno del aire pase a la sangre. Al mismo tiempo permite que el bióxido de carbono de la sangre salga a través de la respiración.

Si el oxígeno fuera el único gas que puede pasar a través de la sangre no habría problemas. Sin embargo una gran cantidad de vapores y gases venenosos también pueden pasar a la sangre. Algunos de ellos son muy peligrosos y éste es el motivo por el cual en muchas circunstancias es necesario usar máscaras contra gases a pesar de que se hayan tomado otras medidas para eliminarlos del aire.

También tenemos los polvos. Siempre hay polvo en el aire –aun en los lugares más limpios. Y el hombre tiene que respirar este polvo. Como resultado los pulmones se han adaptado al polvo corriente pero cuando este se hace muy espeso y muy fino, los pulmones no tienen defensa contra ellos.

La mayoría del polvo que se respira es exhalado. El polvo corriente que se asienta en los pasajes grandes de aire se despide tosiendo. Es solamente el polvo muy liviano que penetra en las células pequeñas el que las tapa y puede causar problemas.

Por supuesto que la mejor manera de mantener limpio el aire del lugar de trabajo es evitando que las sustancias dañinas entren en él. Esto significa que las operaciones y procesos que producen sustancias dañinas deben estar controlados por extractores. Sin embargo, ciertas operaciones no pueden ser protegidos completamente, algunos polvos y vapores quedan sueltos. Una buena ventilación soluciona el problema en muchos casos, pero cuando esto no es suficiente deberán usarse máscaras o respiradores.

Probablemente sería más correcto decir que los respiradores y máscaras son protectores de los pulmones. En realidad esto es lo que son. El problema es que mucha gente no quiere usarlos. Dicen que les causa alguna incomodidad –lo que no tienen en cuenta es la “incomodidad” que les puede causar los pulmones llenos de polvo. Y si el polvo que se respira es venenoso, el problema si puede ser serio.

El aspecto en el cual queremos insistir es que si se les indica que usen un protector, deben usarlo. Si no lo hacen así se están creando un problema muy serio, más serio de lo que se puedan imaginar. Las sustancias peligrosas que se usan en la industria son analizadas y estudiadas continuamente. Cuando la gerencia recibe la información de que hay que usar protección contra estas sustancias inmediatamente pone a disposición de los trabajadores el equipo correspondiente. Si la gerencia toma esta preocupación por nuestra salud, ¿por qué no ponemos nosotros nuestro grano de arena?
Usen el equipo de protección respiratoria siempre – en todo momento en que se les indique. La salud que estarán protegiendo no será la mía, ni la del vecino, ni la de ninguna otra persona, sino la suya.


Fuente externa

jueves, 12 de abril de 2012

Charla: ¿Pueden los problemas emocionales afectar nuestro desempeño?


Pudiéramos decir sin ninguna exageración que la mayor parte de las personas que estamos aquí gozamos de buena salud, tanto física como mentalmente, que somos bastantes buenos trabajadores y cumplimos lo mejor posible con nuestras responsabilidades, y que nos esforzamos por respetar las normas que nos exigen nuestros superiores. Además, nunca hemos tenido un accidente grave… pero, ¡alto!, todo eso puede cambiar en un momento.
En cuestión de unas pocas horas, una persona que ha sido considerada como muy prudente toda su vida, puede transformarse en propensa a un accidente, que quizá lo lleve al hospital…, o a algún otro sitio peor todavía.
Generalmente pensamos que una persona propensa a los accidentes es una persona rebelde, con una vida familiar infeliz, con un historial de trabajo malo y una tendencia a beber de más y muy a menudo. En cierta forma eso es verdad, la mayoría de las veces. Hay estudios que han demostrado que la gente con problemas psicológicos permanentes, a menudo sufren muchos más accidentes que la población en general. Sin embargo, no debemos olvidar que en muchas ocasiones también las personas consideradas ‘normales’, que gozan de buena salud y que son muy juiciosas, pueden por alguna razón transformarse temporalmente en ‘propensas a los accidentes’.
El otro día, preparando esta charla, me encontré en un libro con una información curiosa. Se decía en el mismo que hace muchos años un doctor estudió 35 000 accidentes durante 18 años, para llegar a la siguiente conclusión (les voy a indicar textualmente lo que dijo): “En el curso de una vida casi cualquier individuo normal que se encuentre bajo un conflicto o presión emocional puede convertirse temporalmente en propenso a los accidentes y sufrir una lesión”. En otras palabras, las posibilidades de tener un accidente aumentan cuando uno no se siente bien, cuando se está fatigado debido a trabajar horas extras, y después de que se han tomado algunos tragos, sobre todo.
Los problemas personales pueden ser, por lo tanto, la causa de un accidente. Ejemplos: un estudiante puede estar preocupado por las malas calificaciones; una mujer soltera puede tener el temor de estar embarazada; un hombre puede estar tramitando su divorcio; los problemas financieros pueden estar presionando a alguien; un hijo puede estar en el hospital con una enfermedad grave muy larga;…
Durante esos períodos de preocupación que hemos mencionado, es muy fácil olvidarse de la seguridad. La mente en esos casos se encuentra en otras cosas. Entonces es cuando la irritación aumenta y la paciencia disminuye. Y si en ese momento de intensa preocupación nos encontramos cruzando una luz roja, tras haber acelerado furiosamente sin inspeccionar bien la intersección que vamos a cruzar…; o, en otra situación diferente, se está sacando un resguardo y se coloca la mano en la parte en movimiento sin proteger,…
Hay muchas personas que se han dedicado a estudiar los problemas emocionales y sus consecuencias. Un sicólogo en una ocasión llegó a la conclusión de que se tenían más accidentes durante los seis meses anteriores y posteriores a un divorcio. Otro descubrió en otra ocasión que la quinta parte de los conductores suelen tener problemas serios, personales, aproximadamente seis horas antes de un accidente.
Pero no solamente las preocupaciones son las que llevan a los accidentes. Una situación muy feliz y deseable también puede hacernos olvidar ciertas preocupaciones elementales: la proximidad del matrimonio, el nacimiento de un hijo, un logro sobresaliente, una reconciliación matrimonial, una relación amorosa inesperada,… Prácticamente cualquier cosa puede hacernos bajar la guardia y exponernos a sufrir un accidente.
¿Cómo es posible vivir sin tener problemas? Yo no lo sé, ni nadie lo sabe. En vista de eso, lo importante es saber cómo hacer frente a los problemas y no permitir que nos controlen. Y para esto si que hay soluciones. En lo que queda de esta charla vamos a mencionar alguna de ellas.
Dicen los expertos que una de las mejores formas de liberarnos de las emociones destructivas es hablando de ellas. Esto es tan efectivo aquí, en nuestro trabajo, como en nuestro hogar. No hay que permitir que el enojo se nos acumule. Hay que buscar a una persona en quien tengamos confianza y hablarle de lo que nos está sucediendo. Si algún día, por ejemplo, tienen un problema emocional aquí en la planta que les impide trabajar con seguridad, háganlo saber de inmediato. Les prometo hacer lo posible para que puedan sobreponerse a la situación que les molesta o preocupa.
Para terminar, quiero mencionar un estudio que hizo en una ocasión un psiquiatra. El estudio estuvo basado en dos grupos de trabajadores en un almacén muy grande. Uno de los grupos estaba formado por individuos que habían sufrido por lo menos cuatro accidentes en los cinco años anteriores. El segundo grupo incluía personas que no habían sufrido accidentes en ese mismo periodo. El estudio reveló una gran diferencia entre los dos grupos y la forma en que resolvían los problemas cuando estaban enojados. Los trabajadores que habían tenido varios accidentes no manifestaban su enojo, sino que lo acumulaban. Y los que no habían tenido accidente podían ventilar su enojo cuando era necesario.
Nadie está libre de poder sufrir problemas emocionales, pero todos podemos hacer algo para sobreponernos a ellos y evitar que nos creen una situación peligrosa.

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